La Iglesia venezolana está consciente de que su misión es la evangelización que implica el acompañamiento de las personas en su realidad, más allá de sus carencias materiales, en su necesidad de seguir sus valores espirituales en medio de la angustia y penurias provocadas por la difícil situación socio-económica del páis. Esta es solo una de las reflexiones aportadas por monseñor Jesús González De Zárate, arzobispo de Cumaná y presidente del episcopado venezolano, en su conversación con Vatican News, a conclusión de la Reunión de Comisiones episcopales de la Conferencia episcopal venezolana (CEV), que se realizó en Caracas, del 26 al 28 de abril.
Como resultado del encuentro, se anunció ayer la realización de la celebración de la II Asamblea Nacional de Pastoral, que bajo lema “Una parroquia misionera en salida para los nuevos tiempos”, reunirá a unos 800 participantes, del 8 al 10 de julio de 2022. Una ocasión que servirá, según afirmó monseñor González, como una experiencia de comunión y sinodalidad.
En la presentación de la convocatoria nacional, el presidente del episcopado venezolano indicó que “la Asamblea Nacional de Pastoral busca valorar, en la riqueza de la diversidad de opiniones, carismas y experiencias de fe, el horizonte a transitar por la Iglesia de los nuevos tiempos, bajo la guía del Espíritu Santo, en un camino que conduzca a ser una Iglesia misionera, en salida y en constante práctica de la sinodalidad, marcada por la escucha, el diálogo, el encuentro y la participación”.
Trienio episcopal de renovación
Durante los trabajos, los presidentes y miembros de las comisiones episcopales que se reúnen cada año en los meses de abril y octubre, abordaron desde una óptica pastoral la situación socioeconómica y eclesial de Venezuela en estos momentos. Una oportunidad “significativa”, explicó monseñor González porque en enero pasado se comenzó el nuevo trienio de trabajo con una nueva directiva de la CEV y la renovación de presidentes y demás miembros de cada una de las comisiones episcopales. “Un momento oportuno -dijo – para definir las grandes líneas de acción que tendremos a lo largo de este trienio”.
Venezuela: Los problemas permanecen
El tema de la realidad nacional de Venezuela ha sido tocado ampliamente en las reuniones, especialmente, por la gravedad de la situación social y económica de Venezuela. Efectivamente, monseñor González confirmó que el panorama del país ha cambiado desde 2017.
“Venezuela es otra. La pandemia ha puesto de manifiesto nuestras fragilidades en algunos campos. También, en este momento, se está dando un muy moderado crecimiento económico que ha traído un cierto respiro. Pero, algunos dicen que es solo como una burbuja, no es la realidad”, afirma el prelado. Por una parte, explica, se percibe una cierta mejoría, pero luego hay la constatación de que la inmensa mayoría del pueblo venezolano no recibe los beneficios de ese crecimiento del que supuestamente se habla.
El presidente de la CVE subrayó que los grandes desafíos sociales permanecen como superar la pobreza, la desnutrición, el desempleo o la limitación de los servicios públicos, desde la luz, el agua y la escasez de combustible. “Eso genera la violencia – enfatiza monseñor González -que sigue siendo un factor muy marcado en la sociedad venezolana. Aunque hayan descendido las cifras con respecto al pasado, Venezuela sigue siendo uno de los países más violentos de América Latina”.
Un renovado fervor religioso
En este contexto, las Comisiones episcopales se han planteado también los desafíos que tiene la Iglesia a nivel pastoral y en su labor social. Al aclarar que la Iglesia en su misión evangelizadora debe acompañar al Pueblo de Dios en su propia realidad no solo material sino, sobre todo, espiritual, monseñor González reconoció que las personas tienen su “psicología golpeada por la situación difícil, por la angustia, la necesidad de seguir los valores espirituales de nuestro pueblo”.
Sin embargo, en el tiempo de preparación hacia la Pascua de este año, cuando se han flexibilizado las medidas de restricción tomadas por la pandemia, se ha visto el renacer del “fervor religioso y de la fe del pueblo venezolano”.
“La presencia en los templos durante la Cuaresma y la Semana Santa ha sido numerosa y devota expresando el sentir católico de la mayor parte de nuestra población. Es también un signo de esperanza que nos ayuda a tomar ánimo renovado en el deseo de evangelizar a nuestro pueblo”, expresa monseñor González.
Las parroquias en salida
Sobre la II Asamblea de Pastoral convocada por la CEV, el prelado venezolano explicó que ha sido preparada ampliamente con un proceso sinodal de consulta de reflexión desde el nivel parroquial, pasando por el nivel diocesano. Además, ha sido elaborado un documento base que servirá de acompañamiento en la última etapa de proceso. Con este instrumento, acotó, “no se pretende presentar conclusiones definitivas, sino motivar a continuar el discernimiento pastoral de la Iglesia en Venezuela”.
El subsidio elaborado para la preparación de los asambleístas está dividido en tres partes. Según una nota de prensa de la CVE contiene una primera parte introductoria, titulada “Del Concilio Plenario de Venezuela a la II Asamblea Nacional de Pastoral, un camino de experiencia sinodal de la Iglesia en Venezuela”; una sección descriptiva titulada “Una parroquia misionera en salida para los nuevos tiempos”, en la que se desarrolla brevemente el tema de la parroquia misionera y en salida para los nuevos tiempos; y una última parte, “La parroquia que soñamos”, que sintetiza las conclusiones comunes del proceso de consulta al pueblo de Dios, sistematizadas en las claves de la parroquia: kerigma, koinonía, liturgia y diaconía.
Reunión de las Comisiones episcopales de la CEV abordan los desafíos eclesiales del nuevo trienio