Semana Santa en América Latina: El regreso a la presencialidad

Luego de dos años difíciles en los distintos países del continente debido a la pandemia y de consecuencias que aún se sienten con diferente tenor, los católicos celebran, con prudencia y alegría, el retorno a los oficios presenciales durante la Semana Santa. Los años previos estuvieron marcados por la falta de celebraciones en comunidad, por la distancia física -no afectiva- entre los fieles y las ceremonias transmitidas a través de los medios de comunicación y las redes sociales.

En 2022, gracias a la flexibilización de las medidas restrictivas y a los efectos de las campañas de vacunación, varios países disfrutan de la Semana Santa en una “nueva normalidad” pastoral, entre el gozo del reencuentro y el respeto de algunos protocolos para cuidar la salud de todos

México

El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, abrió las celebraciones de la Semana Santa en la Catedral Metropolitana el pasado domingo 10 de abril, Domingo de Ramos.

Panamá

La Conferencia Episcopal Panameña permitió, de acuerdo con un comunicado emitido el 28 de marzo, el desarrollo de actividades religiosas masivas como procesiones, aunque con mascarilla.

El pasado 10 de abril, Domingo de Ramos, Monseñor José Domingo Ulloa, en la Catedral Basílica Santa María La Antigua, expresó con énfasis que “en esta Semana Santa no podemos quedarnos en casa, algunos atrapados por el miedo, siguiendo las celebraciones por control remoto; vamos a los templos a acompañar a Jesús y a su Madre Dolorosa, y a encontrarnos para vivir la fe en comunidad”.

Perú

La Basílica Catedral de Lima acogió a un gran número de fieles que se congregaron en el corazón de la capital peruana para celebrar el inicio de la Semana Santa el pasado domingo 10 de abril.

En la eucaristía del Domingo de Ramos, Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima, agradeció el saludo que envió el Papa Francisco durante el Ángelus. Afirmó que el Santo Padre expresó “su solidaridad y su cariño para que todos los peruanos encontremos un camino mejor a través de la paz, pero que sea un camino verdadero, justo, responsable y con el concurso de todos, unidos al Santo Padre que quiere revivir en nuestra Iglesia la presencia del Cristo del burrito, del Rey del burrito”.

El Papa Francisco dijo:

“Estoy cerca del querido pueblo de Perú, que está pasando por un momento difícil de tensión social. Los acompaño con la oración y animo a todas las partes a encontrar una solución pacífica lo antes posible por el bien del país, especialmente de los más pobres, en el respeto de los derechos de todos y de las instituciones”.

Además, en el contexto de las celebraciones de la Semana Mayor, la Arquidiócesis de Lima invitó a los fieles a poner en práctica una serie de gestos y signos que pueden realizar en sus comunidades parroquiales y en familia. Bajo el lema “Desde la Cruz, anunciemos la Luz”, el Equipo Arquidiocesano del Plan Pastoral, con el asesoramiento de Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima, propuso algunos signos de reflexión para ayudar a vivir un proceso de diálogo, conversión y reconciliación. Por ejemplo, para el Jueves Santo plantean lavar con agua alguna parte de nuestro cuerpo que “me impide amar: los ojos porque no vemos la realidad- los oídos porque nos dejamos de llevar de comentarios negativos- la boca por las palabras hirientes. Las manos porque nos negamos los pies porque elegimos caminos equivocados”.

Argentina

Además de la alegría por las celebraciones presenciales, el Secretariado Nacional de Liturgia (SENALI) de la Conferencia Episcopal Argentina, como quiere acompañar a las comunidades con una propuesta celebrativa para la Semana Santa, ofrece un subsidio que contiene algunas de las horas de la Liturgia de las Horas desde el Lunes Santo hasta el Domingo de Pascua. Se puede celebrar en comunidades o se las puede hacer llegar a los fieles que quieran rezarlas.

Los textos -aclara el comunicado disponible en el sitio web del Episcopado argentino- fueron tomados de la nueva versión de la Liturgia de las Horas aprobada para Argentina que se comenzará a utilizar en el país a partir de su próxima publicación. “Esperamos que junto con las celebraciones eucarísticas de esta semana este material contribuya a hacer presente en medio de nuestras comunidades el Misterio pascual que nos trae la salvación”, se lee en el texto.

Uruguay

En la Catedral Metropolitana de Montevideo se vio una escena que hacía dos años era impensada: todos los asientos llenos de fieles, en un clima de júbilo por el retorno a la presencialidad. La celebración del Domingo de Ramos, presidida por el Cardenal Arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, fue transmitida por ICMTv, el canal web de la Arquidiócesis.

La bendición de ramos, que tuvo lugar en la Plaza Zabala y precedió a la eucaristía, también fue una actividad especial, que llenó de alegría las calles de la Ciudad Vieja, el corazón de la capital uruguaya.

Unos días antes, el 7 de abril, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) publicó un comunicado en el que se alegraba por la posibilidad de celebrar la Semana Santa con normalidad, ante el levantamiento de la emergencia sanitaria que se produjo el 4 de abril.

No obstante, recomendaron mantener la prudencia, con algunos cuidados: para los sacerdotes y demás ministros de la Comunión: continuar usando tapabocas y alcohol en gel durante la distribución de la Sagrada Comunión; para los fieles en general: mantener el uso del tapabocas cuando haya una gran cantidad de asistentes; por el momento continuar omitiendo el saludo de la paz.

Venezuela

La Conferencia Episcopal Venezolana, en una nota difundida el 31 de marzo, consideró que “corresponde a cada obispo, en su diócesis o circunscripción eclesiástica, ofrecer los criterios y orientaciones para una organización más fructuosa de las diferentes celebraciones y procesiones”.

En la misiva, invitaban a mantenerse unidos en la oración “hecha con devoción y en la eucaristía”. Es una nueva oportunidad -sostienen los prelados venezolanos- para reafirmar nuestra vida de fe, responder al llamado bautismal y al compromiso misionero. 

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