“Raíces y Alas”: Jóvenes piden ser incorporados en estructuras de responsabilidad de la Iglesia

Crecer en sinodalidad

Siempre teniendo como tela de fondo la sinodalidad, algo difícil de poner en práctica, como reconocía el cardenal Mario Grech en su intervención. El purpurado llamaba a descubrir la comunión, el amor mutuo, como actitud para crecer en sinodalidad. Algo que debe ser asumido y testimoniado, contagiado a los otros, sabiendo que la sinodalidad es un proceso para siempre.

Los jóvenes han mostrado las dificultades que viven, pero también han hecho sugerencias, insistiendo en la importancia de incorporarlos dentro de las estructuras de la Iglesia, pues se consideran capaces de tener liderazgo y asumir la responsabilidad, desde la sinodalidad, construyendo puentes entre raíces y alas, entre el pasado y el futuro, entre las antiguas y nuevas generaciones, en una colaboración mutua, pues los jóvenes no quieren caminar solos, quieren ser evangelizados.

Nueva relación de los cristianos con el mundo

Todo eso en un cambio de época, como reflexionaba Rodrigo Guerra, que representa un desafío a la hora de anunciar el Evangelio ante una nueva realidad cultural, que hace con que se dé una nueva relación de los cristianos con el mundo. Desde ahí, el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina ve la necesidad de una encarnación que lleve a acoger y abrazar toda la experiencia humana en cada época, como gesto de fidelidad a Cristo, que ha abrazado todo lo humano.

Existen diferentes elementos en la realidad actual que no se pueden olvidar a la hora de evangelizar a los jóvenes: abusos, pandemia, guerra en Ucrania, que se puede convertir en una guerra mundial, según Hosffman Ospino. El profesor del Boston College hacía ver la necesidad de un nuevo líder pastoral ante la actual realidad, lo que demanda imaginación y asumir la reforma del Papa Francisco, descubriendo las áreas donde la Iglesia debe invertir.

Formación desde la práctica

Una formación que está inspirada en la vida de Jesús de Nazaret, según Susana Nuin, que va al encuentro de la gente, algo que la lleva a afirmar que “formación no es solo el discurso establecido, la formación permanente es todo y quiere decir también testimonio”. Una formación que además de personal tiene que ser comunitaria, no solo teórica, también práctica, encarnada, que se apropia de la realidad, que transforma nuestras personas y lo comunitario, que es para todo el Pueblo de Dios.

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