ONU: ataque a la democracia y a la Iglesia en Nicaragua

El Secretario General de la ONU, António Guterres, tras conocer la noticia del allanamiento de la policía Nacional en la Curia Episcopal de Matagalpa, sacando con la fuerza a Mons. Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis y sus colaboradores, expresó su preocupación “por la grave obstrucción del espacio democrático y cívico en Nicaragua”. Y agregó que esta operación en “el Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa no hace más que agravar estas preocupaciones”.

Tras esta y las “recientes acciones contra la Iglesia católica y organizaciones civiles” Guterres exigió al Gobierno la liberación de todas las personas detenidas de forma arbitraria y reiteró su llamamiento al Ejecutivo de Daniel Ortega, se lee en el comunicado, para que garantice “la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, particularmente los derechos universales de asamblea pacífica, libertad de asociación, pensamiento, conciencia y religión”.

Solidaridad hacia la Iglesia de Nicaragua

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó “la escalada represiva en contra de integrantes de la Iglesia Católica en Nicaragua y urge al Estado a cesar de inmediato estos actos”.

La CIDH, tras haber recibido la información  a través del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), en un comunicado urge a “la liberación inmediata del obispo Mons. Rolando Álvarez y de las personas detenidas”, y pide se garantice su vida e integridad personal. La CIDH, informa además que el pasado 17 de agosto, el sacerdote Uriel Vallejos habría sido “forzado a exiliarse después de permanecer más de tres días bajo asedio policial en la casa Curial de Sébaco. El 14 de agosto, el sacerdote Óscar Danilo Benavidez, párroco de la iglesia Espíritu Santo de Mulukukú, en el Caribe Norte, fue detenido arbitrariamente por agentes antimotines y; al día siguiente, el Ministerio Público habría solicitado ampliar el plazo de su detención por 90 días para realizar investigaciones. El 14 de agosto, los sacerdotes de los municipios de Rancho Grande y El Tuma fueron impedidos por agentes de la Policía, bajo amenazas, de trasladarse hacia la ciudad de Matagalpa para participar en celebraciones religiosas”.

Tras detallar cada uno de los actos violentos que el gobierno ha sistemáticamente realizado contra la Iglesia de Nicaragua, la CIDH hace nuevamente un llamado al Estado de Nicaragua para que “cese los constantes ataques contra la Iglesia Católica. Asimismo, urge al Estado de Nicaragua a liberar a todas las personas que permanecen privadas de la libertad arbitrariamente y a cesar de inmediato la represión en el país”.

Los obispos de Latino América y EEUU en oración por la Iglesia en Nicaragua

Inmediatamente apenas se supo la noticia, junto con la Onu y la CIDH, la Iglesia latinoamericana y de los EEUU denunció esta acción del gobierno contra Mons. Álvarez y sus colaboradores.

El Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) expresó en un comunicado, su cercanía y total solidaridad con Mons. Rolando Álvarez Lagos, con la Conferencia Episcopal de Nicaragua y con toda la Iglesia nicaragüense. Los obispos centroamericanos pidieron que se abra un camino de solución al grave problema social a través de un diálogo sincero y convocaron al Pueblo de Dios de las Iglesias particulares en Centro América a unirse en oración por la paz en Nicaragua.

La Conferencia Episcopal de El Salvador expresa en un comunicado solidaridad con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de Nicaragua; preocupación por la seguridad de los pastores, Mons. Rolando José Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí y del Pbro. Harving Padilla, Párroco de la Iglesia de San Juan Bautista, en la ciudad de Masaya.

En el texto, los obispos salvadoreños lamentan la situación social y política que atraviesa Nicaragua y comparten el “dolor de ese pueblo noble, trabajador y tan sufrido que aspira vehementemente a vivir en un clima de respeto pleno de sus derechos fundamentales para alcanzar una vida digna en consonancia con el reino de vida que Cristo vino a traer y que es incompatible con cualquier tipo de situación inhumana (cfr. DA 358)”.  Por último, unen sus oraciones con la Iglesia en Nicaragua, pidiendo a Dios por la paz, la comprensión, la tolerancia y el diálogo:

“Invocamos al Espíritu Santo en la solemnidad de Pentecostés para que la unidad y la armonía sean pronto una realidad en ese querido país, pues sólo el Espíritu, como nos dice el Papa Francisco… “reúne a los distantes, une a los alejados, trae de vuelta a los dispersos” (Solemnidad de Pentecostés, 9 de junio de 2019).   Que el Divino Salvador del Mundo, por intercesión de la Inmaculada Virgen María y de San Oscar Romero, proteja y bendiga a todos los nicaragüenses, concediéndoles mediante el diálogo y la colaboración de todos, la tan anhelada paz social en Nicaragua”.

Mons. David J. Malloy de Rockford, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), al expresar su solidaridad con la Iglesia en Nicaragua, recordó cuando el Vicario Apostólico de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, el arzobispo Timothy P. Broglio, viajó a Nicaragua en el 2018 para expresar la solidaridad de la USCCB con los obispos de ese país, y expresó en su homilía en la Catedral de Managua:  ‘Veo el compromiso de sus obispos como un signo del amor de Dios.’

Al respecto, Mons. Malloy de Rockford señaló que, en las últimas semanas, los obispos nicaragüenses han demostrado, una vez más, la validez duradera de ese sentimiento. También retomó las palabras de Monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos, cuando declaró recientemente que ‘la Santa Sede no puede dejar de expresar su preocupación’, e hizo un llamamiento ‘a las partes para que encuentren caminos de entendimiento, basados en el respeto y la confianza mutua, buscando ante todo el bien común y la paz’.

Por último, el presidente del Comité Justicia y Paz Internacional, expresó la firme solidaridad con los obispos nicaragüenses, sacerdotes y misioneros extranjeros, “en su vocación de anunciar libremente el Evangelio y vivir la fe. La fe del pueblo nicaragüense, que se solidariza con sus obispos y sacerdotes, es una inspiración para todos nosotros”, afirmó.

El Padre General de la Orden de los Padres Carmelitas, padre Miguel Márquez Calle: “el Carmelo Descalzo arropa y abraza a la Iglesia y al pueblo nicaragüense. Hoy todos nosotros somos Nicaragua”. Con estas palabras inicia el mensaje del padre General expresando, de parte de los Carmelitas la plena solidaridad con la Iglesia nicaragüense, “que padece por ser fiel al evangelio y por defender la dignidad y libertad de cada ser humano. Quiero pedir a toda la Orden que oremos unidos, que seamos ‘resistencia misericordiosa ‘ y perseverante”. Ante la captura violenta por la policía contra Mons. Álvarez, el Carmelita Descalzo, padre Miguel Márquez, expresó su dolor ante este nuevo sufrimiento del pueblo de Nicaragua, que ha sido “privado de otro pastor fiel servidor del Evangelio”, e invitó a orar por “este obispo, defensor de la dignidad humana en nombre de Cristo, para que su integridad sea respetada y que sea liberado de inmediato”.

El religioso, afirmó que la espiritualidad y la oración en el Carmelo son siempre fuente de verdad y de valentía para estar con la Iglesia, con los que sufren y con los pobres, y que en Nicaragua tienen una parroquia y un Monasterio de carmelitas y carmelitas seglares:

“Presencias, como tantas y tantas en Nicaragua, con el único interés de vivir y anunciar el evangelio con la vida y el cuidado de la dignidad de cada ser humano, y su libertad, con la oración y la gratuidad. Con los carmelitas descalzos, las descalzas y los carmelitas seglares encendemos nuestra lámpara pidiendo luz, sabiduría, humildad y escucha, para los que tienen la autoridad de servir para defender la libertad y la verdad”.

Al final de su mensaje una conmovedora petición: “Querida Iglesia de Nicaragua, con Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, con todos los Santos del Carmelo queremos invocar y pedir para vosotros la audacia humilde y la frescura de los que están entre el pueblo para dar vida y ser sembradores de semillas de fraternidad y reconciliación. Acogemos vuestro dolor y vuestra inquietud. Oramos insistentemente, sin desfallecer, sin desanimarnos, para que en cada pueblo, en cada país, en Nicaragua y en toda América Latina se encuentren siempre caminos de paz, de diálogo, de respeto, de convivencia en la diversidad, de Fe y Esperanza, y el evangelio siga siendo semilla  de paz en la verdad”.

La presidencia de la Conferencia Episcopal de Venezuela, afirma que los obispos han seguido con “atención y preocupación los acontecimientos que han afectado a la hermana Iglesia en Nicaragua, y mostrado nuestra cercanía hacia ella”. Además los han acompañado, en la oración, y siguen haciéndolo, “pidiendo a Dios por la pacífica superación de la situación de inquietud y tensión generada por el cierre de medios de comunicación, salida de religiosas, suspensión de actividades eclesiales, detención de sacerdotes y una actitud permanente de enfrentamiento con algunos miembros del episcopado”.

Asimismo, los obispos venezolanos, deploran la situación que vive la Iglesia de Nicaragua, que se ha “agravado hasta llegar al desalojo por parte de los organismos del Estado y la detención de Mons. Rolando José Álvarez Lagos y de sus acompañantes de la Curia Episcopal de Matagalpa. Al deplorar tales acontecimientos, que son expresión no sólo de una actitud hostil hacia la Iglesia Católica sino del grave deterioro del estado de derecho y de las garantías ciudadanas que sufre hoy nuestro hermano país, unimos nuestras voces a todos aquellos que exigen hoy a las autoridades nicaragüenses el respeto de la vida, integridad y salud de todos los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, agentes de pastoral laicos, asegurando el pleno uso de sus derechos ciudadanos de movilización, expresión de las propias opiniones, y las garantías de libertad de culto y religión para todos”.

Por último, los obispos de venezuela reiteran el compromiso fraterno, la comunión y solidaridad de la Conferencia Episcopal de Venezuela con el episcopado nicaragüense y todos los miembros de la Iglesia en Nicaragua. E imploran sobre los Obispos y sacerdotes, la sabiduría y la fortaleza dones del Espíritu Santo para que puedan cumplir a cabalidad su tarea de padres y pastores de todos”. Al sus obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles invitan a perseverar en la oración por la Iglesia en Nicaragua.

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