Poner la cruz en un sitio visible de la casa, hacer signos de reconciliación expresos con personas que están a su lado, orar para que Colombia encuentre caminos de reconciliación. Son los tres gestos concretos que sugiere Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), para vivir intensamente el Día Nacional de la Reconciliación.
Esta jornada en favor de la reconciliación y la paz del país es animada por la Iglesia Católica desde 2018. “En el contexto actual, ante la compleja situación que viven diferentes territorios por cuenta de situaciones asociadas al conflicto armado y la violencia, sigue teniendo una gran relevancia”, acota el Episcopado.
La invitación especial es retomar los llamados y las oraciones hechas por el Papa Francisco durante su viaje apostólico a Colombia en septiembre de 2017. Esa visita fue el acontecimiento que inspiró esta conmemoración, establecida posteriormente por los obispos colombianos durante la Asamblea Plenaria efectuada de manera extraordinaria en noviembre de 2017.
Dicha jornada, explica la CEC, se anima también cada 3 de mayo en el contexto del Día de la Santa Cruz, la Fiesta de las Cruces o la Cruz de mayo, como es conocida en Colombia y en otros, como es el caso de España, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Argentina y Venezuela, a partir de la cual se revive esta tradición religiosa, cuyas raíces se remontan a tiempos remotos del cristianismo en la ciudad de Jerusalén.
¿Qué hacer para alcanzar la paz?
Para acompañar las plegarias, el Secretariado Nacional de Pastoral Social ha desarollado un documento que presenta orientaciones para comprender y trabajar por la paz desde las diócesis y parroquias. Titulado “Hacia una pastoral para la reconciliación y la paz”, expone el marco conceptual, desglosa la importancia y el alcance de una pastoral para la concordia, evidencia los criterios eclesiales para la construcción de la paz y una pedagogía para la construcción de la paz y plantea acciones conjuntas.
Entre las acciones conjuntas recomendadas, destacan, por ejemplo, el poner fin a la guerra; la memoria para la verdad, la justicia, la reparación, la no repetición y la reconciliación; la atención integral a las víctimas; las agendas regionales de paz.
“Colombia, déjate reconciliar”
En 2017, como hermano y como padre, Francisco dirigía este mensaje durante el gran encuentro de oración por la reconciliación nacional, efectuado en el Parque Las Malocas (Villavicencio):
“Colombia, abre tu corazón de pueblo de Dios, déjate reconciliar. No le temas a la verdad ni a la justicia. Queridos colombianos: No tengan miedo a pedir y a ofrecer el perdón. No se resistan a la reconciliación para acercarse, reencontrarse como hermanos y superar las enemistades. Es hora de sanar heridas, de tender puentes, de limar diferencias. Es la hora para desactivar los odios, y renunciar a las venganzas, y abrirse a la convivencia basada en la justicia, en la verdad y en la creación de una verdadera cultura del encuentro fraterno. Que podamos habitar en armonía y fraternidad, como desea el Señor. Pidámosle ser constructores de paz, que allá donde haya odio y resentimiento, pongamos amor y misericordia (cf.Oración atribuida a san Francisco de Asís).