“Nos hemos reunido con el Papa ante todo para reconfirmar de manera plena y convencida nuestra unidad de pensamiento, sentimiento y comportamiento: siempre y en todo lugar sub Petro e cum Petro”. Lo dijo el cardenal Giuseppe Petrocchi, arzobispo metropolitano de L’Aquila y presidente de la Conferencia Episcopal de los Abruzos y Molise, en el marco de la visita ad limina apostolorum y la audiencia que tuvo el viernes 5 de abril con Francisco junto a los prelados de las dos regiones.
El cardenal cuenta que el encuentro, que duró un par de horas, se desarrolló en un clima de “paternidad acogedora”, fue bajo el signo de la “comunión” y en una “comunicación integral, entera y sencilla”, incluso por “caminos imprevistos”, de la que surgieron “los temas que en cada diócesis representan los centros de gravitación de la vida pastoral, pero también los temas relacionados con la planificación”. Hubo escucha, por tanto, pero también disponibilidad para poner sobre el terreno todo lo importante para las Iglesias locales.
Iglesias heridas por el terremoto
En el diálogo con Francisco, informa el cardenal Petrocchi, se compartieron los desafíos y también las “fracturas en la relación fraterna”, típicas de toda vida diocesana, pero también -subraya- los signos de “sinergia” fruto de un “compromiso por superar los límites de la propia individualidad”. El encuentro con el Papa tuvo lugar en vísperas del 15º aniversario del terremoto que devastó L’Aquila y los municipios de su interior en particular, con repercusiones en otras regiones del centro de Italia y con un trágico balance de 309 víctimas, más de 1.600 heridos y decenas de millones de euros en daños.
Operadores de unidad
De la comunión y el encuentro siempre surge la “creatividad”. “En nuestro caso -concluyó el cardenal Petrocchi- el diálogo con el Papa ha significado también la capacidad de acoger con espíritu filial y plena confianza los acentos y las indicaciones que nos ha dado, tesoros de sabiduría que llevamos con nosotros y que trataremos de poner en circulación en la Iglesia en la que somos operadores de unidad. Este es el objetivo de los obispos en comunión entre sí y con el Papa”.