El Papa: Que cada uno de ustedes se pueda convertir en un “poeta de la paz”

“Que también ustedes acepten la invitación del poeta a continuar su poema, añadiendo cada uno lo que quiera agradecer. Que cada uno de ustedes se pueda convertir en un poeta de la paz”, con esta alusión a uno de los poemas de Jorge Luis Borges el Papa Francisco alentó a los más de seis mil estudiantes y profesores que participan en el “Encuentro para la Educación a la paz y al cuidado”, a quienes recibió en audiencia, este 28 de noviembre, en el Aula Pablo VI del Vaticano.

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Educación a la paz y a los derechos humanos

Al iniciar su discurso, el Santo Padre agradeció a los jóvenes por haber “respondido con entusiasmo a la invitación de la Red Nacional de Escuelas por la Paz”, organización que promueve en toda Italia, la inserción permanente de la educación a la paz y a los derechos humanos en los programas educativos. “Los felicito a ustedes, estudiantes, y a ustedes educadores – alentó el Papa – por el rico programa de actividades y formación que han emprendido, y que culminará con la Marcha Perugia-Asís en mayo del año que viene, donde tendrán la oportunidad de presentar los resultados de sus trabajos y sus propuestas”.

El Papa en el Aula Pablo VI del Vaticano

El Papa en el Aula Pablo VI del Vaticano

San Francisco una fuente de inspiración para la paz

En este sentido, el Papa Francisco señalo que, Asís se ha convertido en un centro mundial para la promoción de la paz, gracias a la figura carismática de aquel joven despreocupado y rebelde de Asís llamado Francisco, que dejó su familia y sus riquezas para seguir al Señor y casarse con la dama pobreza. “Aquel joven soñador sigue siendo hoy una fuente de inspiración en lo que respecta a la paz, la fraternidad, el amor a los pobres, la ecología y la economía. A lo largo de los siglos – precisó el Pontífice – San Francisco ha fascinado a mucha gente, como también me ha fascinado a mí, que como Papa he querido tomar su nombre”.

Respuesta al llamamiento a un Pacto Educativo Mundial

Y recordando el título del programa educativo que se centra en: “Por la paz, con el cuidado”, el Santo Padre recordó que, esto es una respuesta al llamamiento a un Pacto Educativo Mundial, que dirigió hace tres años a todos los que trabajan en el ámbito de la educación. “Y me alegra ver que no sólo las escuelas, las universidades y las organizaciones católicas están respondiendo a este llamamiento, sino también las instituciones públicas, laicas y otras religiones”.

Estudiantes de la Red Nacional de Escuelas por la Paz - Italia

Estudiantes de la Red Nacional de Escuelas por la Paz – Italia

Por ello, el Papa Francisco subrayó que, para que haya paz, hay que “tener cuidado”. A menudo hablamos de paz, cuando nos sentimos directamente amenazados, como en el caso de un posible ataque nuclear o una guerra que se libra a nuestras puertas. Al igual que nos interesamos los migrantes cuando tenemos algún familiar o amigo que ha emigrado. De hecho, ¡la paz siempre nos preocupa! Como siempre nos preocupa el otro, el hermano y la hermana, y a él y a ella tenemos que cuidarlos.

El ejemplo del samaritano del Evangelio

Para poder poner en práctica esta preocupación por la paz y por el otro, el Santo Padre les propuso un modelo por excelencia de atención al necesitado que surge del Evangelio y es la figura del samaritano, que socorrió a un forastero que encontró herido en el camino. “El samaritano – precisó el Papa – no sabía si el desventurado era una buena persona o un canalla, si era rico o pobre, culto o inculto, judío, samaritano como él o extranjero; no sabía si esa adversidad ‘se la había buscado’ o no. El Evangelio dice: ‘Lo vio y se compadeció de él’. Otros antes que él, también habían visto al hombre, pero habían seguido su camino. El samaritano no se hizo tantas preguntas, siguió el movimiento de la compasión”.

Valiosos testimonios de personas que trabajan por la paz

También en nuestro tiempo indicó el Papa Francisco, podemos encontrarnos con valiosos testimonios de personas o instituciones que trabajan por la paz y se preocupan por los necesitados, como aquellas personas que han recibido el Premio Nobel de la Paz, o los muchos desconocidos que trabajan silenciosamente por esta causa. Hoy me gustaría mencionar dos figuras de testigos. La primera es la de San Juan XXIII. Fue llamado el “Papa bueno”, y también el “Papa de la paz”, porque en aquellos difíciles comienzos de los años sesenta marcados por fuertes tensiones -la construcción del muro de Berlín, la crisis de Cuba, la Guerra Fría y la amenaza nuclear- publicó la famosa y profética Encíclica Pacem in Terris. El año que viene se cumplirán 60 años, ¡y es muy oportuno! El Papa Juan se dirigió a todos los hombres de buena voluntad, haciendo un llamamiento a la resolución pacífica de todas las guerras mediante el diálogo y el desarme. Fue un llamamiento que recibió mucha atención en el mundo, mucho más allá de la comunidad católica, porque había captado una necesidad de toda la humanidad, que sigue existiendo hoy.

“Los invito a leer y estudiar la Pacem in Terris, y a seguir este camino para defender y difundir la paz”

Unos meses después de la publicación de esa Encíclica, otro profeta de nuestro tiempo, Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz en 1964, pronunció el histórico discurso en el que dijo: “Tengo un sueño”. En un contexto estadounidense fuertemente marcado por la discriminación racial, hizo soñar a todos con la idea de un mundo de justicia, libertad e igualdad. Dijo: “Tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños vivan un día en una nación donde no se les juzgue por el color de su piel, sino por la dignidad de su persona”.

¿Cuál es su sueño para el mundo de hoy y de mañana?

Después de presentarles estos dos testigos de la paz, el Santo Padre los animo a soñar en grande, como Juan XXIII y Martin Luther King. Y por eso los invitó a participar, el próximo año, en la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en Lisboa. “Los que puedan venir, se encontraran con tantos otros chicos y chicas de todo el mundo, todos unidos por el sueño de la fraternidad basada en la fe en el Dios que es la Paz, el Padre de Jesucristo y nuestro Padre. Y si no pueden venir físicamente, los invito de todos modos a seguir y participar, porque hoy en día, con los medios actuales, esto es posible”.

Un camino hecho de pequeños gestos de paz

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco les deseó a todos un buen camino de Adviento, un camino hecho de pequeños gestos de paz, cada día: gestos de acogida, de encuentro, de comprensión, de cercanía, de perdón, de servicio… Gestos hechos con el corazón, como pasos hacia Belén, hacia Jesús que es el Rey de la paz, o mejor, que es Él mismo la paz. Y citando al poeta Jorge Luis Borges, el Santo Padre animó a los jóvenes a ser “poetas de paz”.

El Papa y los estudiantes de las escuelas de la paz

El Papa y los estudiantes de las escuelas de la paz

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