13 de octubre: el día en que 40 mil personas vieron bailar al sol

Este 13 de octubre la Iglesia católica celebrará los 105 años de las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, acontecimiento que tuvo lugar en 1917 y que vino a dar un fuerte impulso a la devoción mariana y al rezo del Santo Rosario.

Hace 5 años, durante el centenario de las apariciones, el Papa Francisco viajó a esta ciudad para canonizar a dos de los tres niños videntes, los hermanos Jacinta y Francisco Marto, dejando pendiente el proceso de Sor Lucía Dos Santos, la tercera de aquellos sencillos pastores, quien vivió más años que sus dos primos, e ingresó a un convento de clausura.

El mensaje de Fátima versa en torno al arrepentimiento, la penitencia, y a una exhortación a rezar el rosario todos los días.

El Tercer Secreto de Fátima
En el llamado Tercer Secreto de Fátima, la Virgen anunció el atentado contra “un obispo vestido de blanco” que fue el Papa Juan Pablo II, y también anunció una larga cadena de mártires que dejó a la Iglesia el siglo XX en varias partes del mundo.

Cuando ocurrieron las apariciones que tuvieron lugar del 13 de mayo al 13 de octubre de aquel año, su aprobación no fue inmediata, a pesar de que hubo cientos de testigos que presenciaron el milagro de “la danza del sol”, un día como hoy pero de 1917. Teólogos analizaron si hubo alguna contradicción teológica en los mensajes que la Virgen María dio a los pastores videntes, por lo que se tuvo que levantar un proceso en el que participaron varios especialistas.

El material del periodista ateo Avelino de Almeida, quien escribía para O Século, fue de gran utilidad; él calculó que lo presenciaron entre 30 y 40 mil personas. Su relato fue publicado el 29 de octubre de aquel año, y decía: “Ante admirados ojos de este pueblo, cuya actitud nos traslada a tiempos bíblicos y que presa de espanto, descubierta la cabeza, mira hacia el cielo azul, el sol ha realizado unos movimientos bruscos nunca vistos, fuera de todas las leyes cósmicas; el sol ha danzado, según la expresión típica de los campesinos… subido sobre el estribo del coche de Torres Novas, un anciano reza vuelto hacia el sol y con grandes voces, el Credo desde el principio… la mayor parte confiesan que lo que han visto es el movimiento o danza del sol, otros afirman haber visto el rostro de la Virgen o juran que el sol ha dado una vuelta sobre sí mismo, como si fuera una rueda de fuegos de artificio y que ha descendido hasta quemar la tierra con sus rayos…”

Después de este milagroso acontecimiento, la Iglesia procedió a una investigación que, por supuesto, incluyó el testimonio de algunos testigos presenciales, pero fue hasta el 28 de abril de 1919 cuando inició la construcción de la llamada Capilla de las Apariciones y, el 13 de octubre de 1923 fue cuando se permitió realizar la primera misa en ese lugar.

El 13 de octubre de 1930, el obispo de Leira declaró dignas de fe las apariciones y autorizó el culto de Nuestra Señora de Fátima, como una advocación más de la Virgen María. El 13 de mayo de 1931 se realizó la primera consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, y al año siguiente, el 31 de octubre, el Papa Pío XII, a través de Radio Vaticano, consagró el mundo al Corazón de María, haciendo una mención velada de Rusia.

La imagen original de la Virgen de Fátima fue coronada por el cardenal de Marsella, como representante de Pío XII, en agradecimiento por haber librado a Portugal de la Segunda Guerra Mundial, y ahora, la corona tiene incrustada la bala que hirió a San Juan Pablo II en el atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981. Al año siguiente, el Papa viajó a Fátima para agradecer a la Virgen el haberlo librado de la muerte, y el 25 de marzo de 1984, una vez más consagra al mundo a la Virgen de Fátima, en unión con todos los obispos del mundo.

El 13 de mayo del año 2000, Juan Pablo II beatificó a los niños videntes Francisco y Jacinta y reveló el Tercer Secreto de Fátima a quienes pone como ejemplo de la infancia.

El Papa Francisco, por su parte, visitó Fátima en 2017 para celebrar el centenario de las apariciones, pidió por la paz en el mundo, y canonizó a los dos videntes.

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